27/5/2016

A partir del 27 de junio, comienzó a regir la Ley sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, más conocida como la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos. La normativa tiene tres ejes:

  • En materia de publicidad asociada a la comida, se prohíbe que ésta sea dirigida a menores de 14 años en canales de expresión como radios, revistas, televisión e internet, así como también queda vedado el uso de elementos que atraigan especialmente la atención, como concursos o regalos asociados.
  • Además, se prohíbe la venta en escuelas y colegios de determinados productos. En relación a este punto, en los establecimientos se instalarán “kioscos saludables”.
  • Finalmente, el punto más fuerte es la introducción del nuevo etiquetado respecto a la información En particular, se deben indicar los ingredientes que contienen los productos, incluyendo todos sus aditivos (expresados en orden decreciente de proporciones) y su información nutricional. Además, todos aquellos alimentos altos en calorías, azúcares, sodio y grasas saturadas, deberán tener una advertencia en la cara principal de su envase, en forma de disco pare, que informe sobre el alto contenido de dichos nutrientes.

El fundamento de esta ley radica en estudios que muestra que uno de cada tres niños menores de seis años tiene exceso de peso en Chile. En adición a ello, una de cada once muertes ocurridas cada sesenta minutos en el país está asociada a alguna enfermedad crónica derivada de la obesidad. Como forma de combatir este crudo escenario, surgió esta ley que busca que ante una información nutricional más sencilla, los consumidores elijan opciones más saludables de alimentación.Experiencias similares han adoptado otros países, entre ellos Australia, Nueva Zelanda, Canadá, China, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Malasia, México, República de Corea y EE.UU., entre otros. Como acciones políticas concretas contra la obesidad, en algunos países se ha implementado la obligación de que en los envases se indiquen todos los nutrientes, componentes y sus proporciones. En otros, de forma más estricta, se ha tomado el mismo rumbo de Chile al implementar etiquetas de interpretación o de advertencias, mediante métodos de semáforo o de signos de “peligro”.Reino Unido fue el primer país en implementar una regulación de esta naturaleza, hace ya más de seis años, y los resultados ya comienzan a evidenciarse: se comprobó una disminución de la ingesta de grasas trans desde el 30% al 1%, lo que significa un cambio de hábitos en la población. En la historia de la ley chilena, inspirada en la experiencia inglesa, se ha dicho que estas mejoras, si se inculcan en edades tempranas, se prolongan y acompañan al individuo para el resto de su vida.Según el Informe Nutricional Mundial del 2015 lanzado por el Instituto Nacional de Investigación de Políticas Alimentarias de EE.UU. (IFRI, por su sigla en inglés), es muy pronto para dar estadísticas concretas de los efectos de estas normativas, pero son, sin duda, un avance que debe ir de la mano de intervenciones públicas específicas en el ámbito de la nutrición, que permitan cambiar las conductas alimenticias.Del lado opuesto al de los consumidores, está la industria de alimentos, que ha criticado fuertemente las medidas, pues considera que son en extremo estrictas, que provocarán pérdidas y que serán una gran dificultad para los productos importados que no posean el etiquetado exigido. Con la afirmación de que no fueron escuchados durante la tramitación de la ley, representantes de la SOFOFA hacen hincapié en que ninguna de sus propuestas fue incluida en el proyecto y en que la norma es más restrictiva que aquéllas existentes en la gran mayoría de los países del mundo. Sin embargo, aceptan que ésas son las “reglas del juego” y que en ese marco regulatorio tendrán que funcionar. Entre los principales objetivos anunciados por las empresas están entregar propuestas de valor al consumidor y buscar opciones más saludables, sin modificar la esencia de sus productos.En esta misma línea, el Senador Francisco Chahuán anunció que está evaluando presentar un recurso de amparo económico en favor de las pequeñas empresas vendedoras. Ello, sobre la base de las estadísticas presentadas por Rodrigo Álvarez, presidente de Alimentos y Bebidas de Chile, de acuerdo a las cuales hay un stock sin etiquetado de casi US$ 50 millones, repartidos en doscientos mil puntos de venta en el país. Desde el punto de vista de ambos, debido a las nuevas exigencias el pequeño comercio sufriría grandes pérdidas. Ello, a pesar de que la División de Políticas Públicas del Minsal señalara que en caso de que se encontraren productos en stock que no contaren con el etiquetado exigido, habrá disponibles autoadhesivos con el nuevo rotulado.En definitiva, el gran desafío que trae esta ley es que la población sepa utilizar las herramientas a su disposición y que se generen conductas de cambio hacia hábitos más saludables, las cuales también deben ser incentivadas a través de otras políticas públicas.Links de Referencia:Informe de la nutrición mundial 2015: Acciones y responsabilidades para hacer progresar la nutrición y el desarrollo sostenible, International Food Policy Research Institute (IFPRI). Web de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, Web Chile Atiende.Revista Qué Pasa, 24 horas, Web del Senado de Chile.Por Sara Bertschik

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