20/8/2015

La inclusión laboral de las personas con discapacidad (PcD) es una tarea que requiere del esfuerzo de toda la sociedad chilena. No lo hablo en abstracto, pues la sola acción del sector público y privado, no logrará el cambio cultural necesario.Hace unos días, por primera vez, 20 empresas medianas fueron premiadas por Great Place to Work, como las mejores para trabajar en Chile. Entre ellas, Fundación TACAL. Hablamos de un reconocimiento que es marca a nivel internacional y que establece tendencia para el mejoramiento continuo de las prácticas laborales.Esta lista fue concretada tras un proceso de medición de 69 empresas y encuesta a 3.726 empleados, durante el último año. Ahí se evaluaron aspectos tan loables como la credibilidad, respeto, imparcialidad, orgullo y camaradería. Incluso en términos concretos, se pudo observar que existen políticas y prácticas que permiten un mejor equilibrio entre vida y trabajo. El 55% reduce los horarios laborales y el 40% permite el teletrabajo a sus empleados.Sin embargo, en el proceso también se detectó un debe; solo el 10% de las compañías declara acoger a trabajadores con discapacidad.Si quisiéramos ver el vaso medio vacío, sería fácil preguntarse ¿Es posible generar un cambio cuando empresas líderes en el mejor trato a sus trabajadores aún no hacen suya la inclusión laboral?Yo veo el vaso medio lleno. Sí, es posible y Fundación TACAL lo demostró.El premio que recibimos reveló a todos los empresarios y autoridades que participaron, que la inclusión laboral de las personas con discapacidad provoca un impacto positivo. Nosotros lo sabemos, porque las capacitamos y les buscamos trabajo; pero más aún porque son parte de nuestro equipo.Por eso, cuando digo que la solo alianza del mundo público y privado no logrará la inclusión plena, lo digo con conocimiento de causa. Se requiere un cambio cultural que termine con la mirada caritativa y de exclusión hacia las PcD. Este trabajo se hace desde la cuna a la vejez, fortaleciendo y ampliando los espacios y procesos de rehabilitación; se hace evaluando una reforma educacional que hoy permite la discriminación de las niñas y niños con discapacidad. Se logra estableciendo leyes que den cuenta de este deber social y, por sobre todo, haciendo un cambio desde cada uno de nosotros.Sé que los cambios culturales no son fáciles, pero cuando hablamos de inclusión laboral, debemos ser capaces de avanzar en reconocer los derechos, dejar de mirar al otro desde el miedo o la incertidumbre y hacerlo desde sus capacidades y potencialidades.Quizás mañana… cuando escriba en esta columna reconozcamos que las personas con discapacidad están plenamente integradas al mundo laboral y que ESTO FUE POSIBLE GRACIAS A TI…Andrea Zondek, Presidenta Fundación TACAL.www.fundaciontacal.cl

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